Cuando un orador da un discurso su objetivo principal debe ser enviar un mensaje a su público, siendo la manera de cómo se transmite este mensaje lo que logrará el éxito o el fracaso del mismo, por ello, un buen orador debe conocer y controlar todas las facetas de la comunicación en público.
Pese a esto, aunque una de las facetas es el lenguaje no verbal, solemos dar prioridad a muchas cosas por delante suya, pues parece que todo lo que no es hablado no posee tanta importancia a la hora de transmitir a la audiencia.
Pero… ¿es el lenguaje no verbal tan poco importante?
Para nada, si hacemos caso a los expertos en la materia, aunque no se llegue a un consenso, todos están de acuerdo que a la hora de comunicar, el lenguaje no verbal transmite más del 50% de nuestro mensaje, convirtiendo a esta faceta de la comunicación presencial en uno de los pilares más importantes de nuestro mensaje, por lo que será vital que un buen orador tenga un conocimiento profundo del lenguaje no verbal, convirtiéndose en un experto en su uso.
No obstante, ¿en qué cosiste el lenguaje no verbal?
Consiste en el envío y recepción de un mensaje sin el uso de palabras, donde existen distintos tipos de comunicación que un humilde servidor ha segmentado en cuatro grupos, los cuales vamos a ir conociendo detalladamente.
1. Lenguaje corporal
El lenguaje corporal es quizás la parte más importante del entramado del lenguaje no verbal, siendo el uso de nuestro cuerpo lo más visible por parte de la audiencia.
Lo principal para un buen lenguaje corporal es tener el cuerpo relajado, si nos encontramos tensos podemos transmitir esta sensación al público y perjudicar a nuestro discurso, por otro lado debemos tener en cuenta que posturas del cuerpo demasiado relajadas también pueden resultar negativas, encontrándose la postura ideal en un punto medio, tal y como estamos en nuestro día a día.
Ejercicios para mejorar el lenguaje corporal
La práctica en los escenarios nos ayudará a eliminar la rigidez de las expresiones corporales, aún así una buena preparación previa ayuda a la relajación previa, ayudando también hacer ejercicios previos a nuestra intervención para calmar la rigidez que producen los nervios y relajar el cuerpo, algunos ejercicios que pueden ayudarnos son los siguientes:
- Respirar de forma abdominal: Respirar utilizando los músculos del estómago para calmar el sistema nervioso. Para ello, respirar profundo varias veces antes e incluso durante la presentación. Al inhalar piensa “Yo estoy”, y mientras exhalas, piensa “relajado”.
- Evita bebidas con cafeína: Las bebidas energéticas o con cafeína deben evitarse a toda costa durante algunas horas antes de hablar en público, ya que su efecto estimulante incrementa la tensión muscular, y con ella, el nerviosismo y la ansiedad.
- Hacer ejercicio: Un poco de ejercicio liviano antes de dar un discurso, como dar un breve paseo alrededor del auditorio, favorece la eliminación de la tensión muscular y elimina preocupaciones mentales gracias al aumento de la circulación sanguínea.
Uno de los trucos que podemos leer al hacer una búsqueda por internet es el sujetar un boli o papeles durante tu exposición, pero desde parlanchines rechazamos totalmente estos métodos, pues no sólo son un simple escudo que no soluciona nuestro problema, si no que nos va a influenciar de manera negativa a la hora de hacer uso del lenguaje corporal.
8 Recursos para el dominio del lenguaje corporal
A la hora de cómo podemos apoyar y reforzar el mensaje con nuestro cuerpo lo primero que tenemos que tener en cuenta es que el uso de expresiones muy pronunciadas pueden llegar a parecer ridículas y penalizar nuestro discurso, una vez que sabemos esto y que no debemos llevar las manos a los bolsillos o intentar de ocultarlas con nuestro cuerpo, existen una serie de gestos que pueden servir para enganchar a la audiencia y potenciar nuestro mensaje:
Enumeración
Enumerar con nuestros dedos de manera visible para el público los ayudará a seguir nuestro discurso y captará su atención.
La cúpula
Simboliza que estamos pensando y reflexionando sobre un tema. Puede ser usado cuando queremos desarrollar una idea.
Las palmas
La orientación de las palmas de nuestras manos transmiten distintas sensaciones a la audiencia, hacia abajo demuestra conocimiento y seguridad, hacia arriba confianza y cercanía.
El abrazo
Abrir los brazos como si estuviéramos abrazando a todo el público, con esto demostraremos cercanía y comprensión de la audiencia al conectar emocionalmente con ella.
La palma lateral
Uno de los gestos más persuasivos que existen, al presentar una o ambas manos agitándose de arriba a abajo en una especie de apretón de manos solitario. Cuando quieres ser persuasivo con tu público; si tienes que exponer las debilidades o amenazas de un proyecto, éste es el gesto adecuado para el momento.
El entrelazamiento
Esta señal se utiliza para representar el encuentro de dos puntos de vista opuestos o dispares en una solución viable, siendo un gesto de unión.
La pinza
Este gesto demuestra precisión y exactitud, siendo usado siempre que ofrecemos datos consisos.
El puño
Es la expresión máxima del poder, determinación, resistencia y ahínco, siendo usada como gran final y darle fuerza a una sentencia o idea que estemos reforzando.
2. Gestos faciales
Los gestos faciales comprenden todo aquello que podemos transmitir con nuestra cara, que van desde mostrar emociones para apoyar al discurso hasta interactuar con el propio público. Pueden ser un recurso muy potente y versátil a la hora de transmitir, y para algunas personas, mucho más fácil de implementar que el lenguaje corporal.
Como ya hemos mencionado con el lenguaje corporal, el uso de los gestos faciales debe acompañar al discurso, es decir, un discurso positivo debe ir acompañado de una expresión alegre, al igual que uno triste de una expresión más taciturna. Pero no sólo esto, podemos usar las expresiones faciales para interactuar con el público y mandar mensajes sin el uso de la palabra.
Recursos para incrementar nuestros gestos faciales
Por ejemplo, un guiño transmite tranquilidad y cercanía, puede ser usado para demostrar tu conocimiento sobre un tema en concreto, una sonrisa o una expresión “exagerada” puede sustituir una respuesta u opinión de lo que estemos contando, mandando al público un mensaje mucho más rápido y potente de lo que puede llegar a trasmitir las palabras. Incluso podemos usar una mirada al vacio para dar al público una pausa de reflexión.
También podemos hacer uso de este tipo de lenguaje para mantener la atención del público y conectar con ellos, normalmente desde nuestra posición podemos ver la reacción de los asistentes de lo que estamos diciendo, por lo que conocemos las personas que están más desconectadas de nuestra intervención. Pese a que un buen orador debe centrar la atención en todas las personas del público, puede puntualmente conectar visualmente con cada uno de ellos para mantener su atención.
Y por supuesto, si vemos a una persona totalmente desconectada podemos reengancharla al discurso con una breve interacción con ella, como una sonrisa, una mirada profunda, etc.
Los gestos faciales pueden ser muy poderosos, pues no solo refuerzan y complementan el mensaje que queremos mandar, si no que gracias a ellos podemos mantener una interacción con el público que ayudará a que nos sientan más cercano y sigan el discurso de manera intensa.
3. Dominio del entorno
El lenguaje no verbal no acaba en nosotros, todo lo que nos rodea puede servirnos de ayuda, por lo que tener un control sobre el escenario y sus alrededores puede potenciar de gran manera nuestro mensaje.
Conocer bien el escenario y las posibilidades que nos otorga es vital, pues como nos posicionamos sobre el mismo transmite un mensaje al pueblo.
Recursos para el dominio del entorno
En este sentido mantener un punto en el centro del escenario o posicionado hacia delante demostrará seguridad en nuestros argumentos y por ende nuestro mensaje se verá reforzado.
Además, intentaremos que el ángulo que forman nuestros pies ocupen toda la sala, siempre que sea posible, por mantener una postura accesible para todos los asistentes.
Pero no debemos mantenernos estáticos en este punto, usándolo como eje central, podemos rotar para darle más dinamismo a la presentación y acercarnos de esta manera a distintos sectores del público.
También puede ser usado dentro del mensaje, por ejemplo, si hablamos del pasado, presente y futuro de un tema en concreto, podemos usar la parte izquierda del escenario para remarcar el pasado, el centro para hablar del presente y la parte derecha para el futuro.
Con esto conseguiremos que el público sepa de qué tiempo hablamos con solo ver nuestra posición.
A veces el escenario puede ser negativo, pues puede tener algún tipo de inconveniente como un atril o un proyector, esto deberíamos de conocerlo anteriormente para que no afecte a nuestro discurso.
También hay que tener cuidado con tapar diapositivas, pizarras o el material en el que decidamos apoyarnos.
Por último podemos hacer un uso positivo de la separación entre el escenario y el público, pues si tenemos la posibilidad de acercarnos o andar entre el público nuestro mensaje puede verse reforzado en cuanto a la cercanía y la confianza que establezcamos con la audiencia.
4. Presencia
Las primeras apariencias son importantes y en la oratoria aún más, pues seguramente nos vamos a exponer a un público que no nos conoce y esa primera impresión sustentará su percepción de nosotros durante nuestro discurso.
Recursos para mejorar la presencia
Para esto debemos conocer con anterioridad en qué tipo de evento vamos a participar y el público al que nos enfrentaremos, intentando adaptar nuestro vestuario a este y al mensaje que queramos transmitir.
Como se entiende lógico, a un evento de empresa debemos ir vestidos de forma elegante, pero si nuestra intención es mandar un mensaje más cercano podemos variar esta apariencia.
No sólo debemos adaptar nuestra apariencia, si podemos adaptar el lugar del evento de forma especial podemos hacer que el público se sienta más captado por el mensaje y por ende, nos preste mayor atención.
Este punto, aunque resulte de menor envergadura debe tratarse con mucho cuidado, pues no debemos arriesgar todo el discurso y su mensaje a una primera impresión fallida.
Conclusiones
Todo lo que acabamos de ver puede usarse para mejorar nuestro discurso y que nuestro mensaje sea mucho más efectivo, partiendo de la base de sentirnos cómodos sobre el escenario.
Y esto no se consigue de otra forma que no sea practicando, pero tranquilo, en Parlanchines os damos un espacio seguro donde podrás practicar todo esto y mejorar como orador.